HEAL
¿La meditación nos hace más egoístas?
Una psicóloga y una life coach nos ayudan a entender si la meditación tiene un lado oscuro que queremos desconocer: el egoísmo

Desde la reducción de la depresión y la ansiedad, la ley de la atracción y la famosa “tendencia” de “Lucky Girl Syndrome” en TikTok, varias personas creen haber encontrado la fórmula ideal para la tranquilidad espiritual y felicidad: la meditación.
Hay, sin embargo, quienes empiezan a notar los efectos individualistas de estas prácticas de meditación. Cuando priorizamos nuestras necesidades y nuestros deseos ¿nos volvemos más egoístas, menos empáticos y nos aislamos socialmente?
LEE TAMBIÉN: ¿Podrías estar 10 días sin hablar? Descubre los retiros de silencio
Jessica Lachia, life coach, defiende la práctica de la meditación. A su juicio, estos ejercicios buscan hacer a las personas más conscientes, más presentes y más abiertos a todo lo que les rodea. “Terminamos estando más presentes, aunque la práctica sea individual. Muchas veces nuestro ruido mental y la falta de presencia y conciencia, es lo que nos impulsa a ser más egoístas y a estar menos presentes y abiertos a las necesidades de los otros”, explica.
Cuando meditamos y manifestamos, tendemos a centrarnos en nuestro interior y en nuestra respiración, dirigiendo nuestra atención hacia nosotros mismos. Esto significa que los demás dejan de ser el foco principal y nos convertimos en los protagonistas.
¿Por qué meditamos? La respuesta a esa pregunta puede ser la clave para entender si existe egoísmo en nuestra práctica, comenta la psicóloga clínica Catarina Moniz: “lo que nos hace egoísta es la intención que ponemos en meditación cuando comenzamos a juzgarlo”.
En teoría, considera Moniz, la meditación está íntimamente ligada a la práctica del mindfulness, que consiste en ser plenamente consciente del momento presente. Visto así, implica “entrar en contacto con nuestros pensamientos, emociones, sensaciones físicas y estímulos externos, en una actitud de apertura, amor, curiosidad y aceptación. En esta intención no hay rumiación ni intención de cerrarnos al mundo, sino de observar con receptividad, sin juzgar”.
LEE TAMBIÉN: ¿Cómo es un retiro de oscuridad?
Si la práctica se hace correctamente, no busca juzgar a nadie. “La meditación, cuando está ligada a la intención de estar en el momento presente sin actuar, no nos hace egoísta, simplemente nos enseña a apagar nuestro piloto automático”, asegura Moniz.
¿Lo hacemos por nosotros mismos y para nosotros mismos, o para ser mejores para los demás? ¿Quiero contribuir a un bien mayor y mejor, y crecer para poder hacerlo, o utilizo estas prácticas simplemente para satisfacer mis necesidades individuales? Ambas especialistas coinciden en que si optamos por practicar una meditación enfocada en el amor y el mundo a nuestro alrededor, se convierten en nuestro objeto de atención.
LEE TAMBIÉN: Cómo mantener tu mente en forma
Cuando ponemos el amor y a los demás en el centro de nuestras prácticas, dejamos de cultivar un estado mental y espíritu egoísta, y abrirnos al mundo y las personas a nuestro alrededor. El problema no está en la práctica, sino en las intenciones que la alimentan.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR ESTE VIDEO
Expertos mencionados
JESSICA LACHIA
Lifecoach
CATARINA MORIZ
Psicóloga clínica