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Las emociones también pueden causar inflamación
Estamos acostumbrados a ver cómo se inflama nuestro cuerpo en respuesta o defensa ante una infección, una herida, un golpe o al efecto de sustancias tóxicas. La zona afectada se enrojece y se hincha. Pero, ¿Sabes que existe otro tipo de inflamación a lo interno del cuerpo causada por las emociones? Muchas personas no saben que lo padecen y se convierten, con el tiempo, en un enemigo silencioso

Las emociones negativas inflaman nuestro cuerpo. Y el estrés está a la cabeza de esa lista: este tipo de inflamación crónica puede acelerar el envejecimiento, acortar el periodo de vida, o ser el origen de enfermedades como el cáncer, la diabetes o afecciones cardiovasculares, entre muchas otras.
El estrés, que puede ser inicialmente positivo para el cuerpo, se convierte en un problema cuando se prolonga en el tiempo. “Cuando una persona se estresa, se altera la hormona del cortisol, generando distrés, (estrés negativo), y cuando esto ocurre hay síntomas físicos que se reflejan en el cuerpo”, explica la psicóloga Marye Sanz @terapiadigital.
¿Por qué nos inflamamos?
Cuando hay mucha carga emocional, explica Sanz, “se genera una inestabilidad física a través de la elevación del cortisol”. Vemos así, dice la especialista, un aumento de la glucosa en sangre, alteración hormonal (afectando el ciclo ovulatorio y menstrual, y en los hombres disfunción eréctil e infertilidad), cansancio recurrente, dolores de cabeza, taquicardia, hipertensión, falta o exceso de apetito, problemas digestivos, orina frecuente, diarrea o estreñimiento, dolores o calambres musculares. Incluso pérdida de memoria, porque “los niveles altos de cortisol dañan la conexión entre células cerebrales”.
Ronald Torrealba, médico especialista en neurología @eldoctorron, señala que la inadecuada resolución o gestión de emociones negativas generará también “un ambiente inadecuado en la función de áreas de asociación en nuestro cerebro. Al tener emociones negativas y no recibir el tratamiento adecuado, hay estrés que conlleva una cascada de sustancias que establecen un ambiente pro inflamatorio crónico en todo nuestro cuerpo y eso, a su vez, facilita la génesis de enfermedades sistémicas”.
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Sanz agrega que, desde el punto de vista psicológico, nuestro cuerpo somatiza como mecanismo de defensa inconsciente, es decir, convierte el malestar emocional en un síntoma físico, para así desviar la atención del conflicto psicológico que le genera el malestar, (no quiero sufrir, no quiero sentir, y evado la emoción para no hacerle frente al malestar).
El semáforo del estrés
Nuestros cuerpos no están diseñados para el estrés a largo plazo. El estrés prolongado conlleva el desequilibrio homeostático y, con ello, el colapso físico. Cuando no sabes cómo gestionar las emociones, el cortisol, conocido también como la “hormona del estrés”, toma el control de tu cuerpo y, por eso, puedes sentir cansancio, depresión o ansiedad. El cuerpo está mostrando físicamente los primeros signos de que algo no anda bien.
El médico psiquiatra y creador de Neurocodex, Luis Arocha Mariño @dr.luisarocham, explica cómo el estrés escala en nuestro cuerpo a través de las luces de un semáforo: “Verde: estás haciendo las cosas de manera constructiva y estás alegre por ello; Amarillo: tus esfuerzos aumentan porque te cuesta lograr los objetivos; Naranja: la presión de exigencias internas o externas es superior a tus fuerzas; Rojo: te das por vencido y te entregas a la inflamación, la senescencia celular y el daño orgánico severo”.
¿Cómo me afectan quienes me rodean?
Frente a un estado de somatización a través de la inflamación sistémica, los vínculos sociales y familiares se pueden convertir en una tabla de salvación. Un estudio de la National Library Medicine indica que, a lo largo de la vida, las personas que tienen relaciones cercanas de apoyo “tienen niveles más bajos de inflamación sistémica en comparación con las personas que tienen relaciones frías, sin apoyo y plagadas de conflictos” y están más estresados crónicamente.
El médico especialista Mark Hyman explica -en su Podcast The Doctor’s Farmacy- que al mejorar las relaciones también se puede mejorar la salud. Asegura que la comunidad, los vínculos sociales, es “medicina”, al igual que lo es la comida o dormir bien. “Sin comunidad podemos aislarnos, lo que se ha descubierto que está relacionado con la inflamación e incluso puede afectar negativamente la respuesta inmunológica. Además, también importa con quién elijas estar en comunidad. Tu círculo social inmediato, las cuatro o cinco personas con las que más te rodeas, tienen la mayor influencia en tu salud”.
Al respecto, una publicación de National Institutes of Health (NIH) anota que los científicos están descubriendo que ya sea con parejas románticas, familiares, amigos, vecinos u otros, las conexiones sociales pueden influir en nuestra biología y nuestro bienestar. “El contacto físico, desde tomarse de la mano hasta el sexo, puede liberar hormonas y sustancias químicas en el cerebro que no solo nos hacen sentir muy bien, sino que también tienen otros beneficios biológicos”.
11 claves para evitar que las emociones nos inflamen
Tras conversar con la psicóloga Marye Sanz, el psiquiatra Luis Arocha y el neurólogo Ronald Torrealba, elaboramos esta lista con sus principales sugerencias:
1.Reconocer y permitir sentir la emoción. “Si tengo rabia la acepto, la siento y la libero. No entretenerte para evitar sentir el malestar”, dice Sanz.
2.Realizar actividades que te gusten, que puedan ayudarte a sentirte estable emocionalmente.
3.Descubrir nuestras potencialidades y asumir los retos que realmente nos benefician. Se trata de “un proceso de conocer nuestra ´hoja de ruta vital´ donde contemplemos percepciones, pensamientos, emociones, acciones e interacciones con los entornos sociales, materiales, mentales y espirituales”, explica Arocha.
4.Entender que el estrés no es solo una preocupación puntual, es una “cadena de eventos microscópicos” que, si se perpetúan en el tiempo, van a traer consigo una cantidad de cambios inflamatorios.
5.Gestionar las emociones a través del consenso con especialistas en salud mental. Esto te evitará muchos problemas.
6.Hacerse un chequeo médico de enfermedades sistémicas, control metabólico y cardiovascular.
7.Procurar una buena nutrición es fundamental para ambientes pro inflamatorios, a mayor cantidad de carbohidratos y alimentos ultra procesados, es igual a más inflamación.
8.Realizar ejercicio aeróbico 30 minutos al menos dos veces por semana.
9.Practicar la meditación.
10.Fomentar relaciones saludables con personas que te hacen sentir bien, pasar tiempo con ellos y hablar frecuentemente.
11.Fortalecer las relaciones existentes con familiares, compañeros de trabajo, amigos de la escuela o vecinos, o hacer nuevas amistades.
Expertos mencionados
LUIS AROCHA MARIÑO
Médico Psiquiatra y creador de Neurocodex
MARYE SANZ
Psicóloga
RONALD TORREALBA
Neurólogo