Por: LMW / Tiempo de lectura: 10 min
Los hongos tienen su propio reino, el Fungi. Se presentan en muchas formas, tamaños y colores. También desempeñan diversas funciones para el medio ambiente y para la salud. En este especial te contamos todo lo que tienes que saber sobre el Reino Fungi.
La tierra es fascinante, sabia y perfecta, y prueba de ello es el Reino Fungi, un reino absolutamente amplio. Cuenta con más de 100 mil especies sorprendentes e interesantes, que tienen un propósito en la naturaleza y de las cuales aún queda mucho por descubrir.
Los hongos son organismos inmóviles y heterótrofos que existen en todo el mundo y se presentan en distintas formas, tamaños y colores. Y, aunque comparten algunos aspectos, cada uno de ellos cuenta con características especiales que los hacen únicos y especiales.
Los hongos más antiguos datan de unos 420 millones de años y han tenido a lo largo de los siglos una evolución fascinante que los ha convertido en las estructuras que conocemos hoy, aunque aún nos queda mucho por descubrir. Anteriormente estaban incluidos dentro del reino de las plantas, pero gracias a que se descubrió que tienen características y particularidades diferentes, se agruparon en lo que hoy conocemos como Reino Fungi.
Normalmente nacen bajo tierra, en condiciones de humedad, entre las hojas, en la madera de los árboles o en cualquier otra fuente que les sirva de alimento, donde se extienden como una red de hilos blancos llamada micelios.
Cuando los micelios tienen todo lo que necesitan para crecer (humedad, temperatura, alimento…) surgirán pequeños retoños en forma de bolitas que buscarán la luz y que darán origen a los paraguas que conocemos como “setas”, liberando millones de pequeñas esporas que a su vez, darán vida a otros hongos.
Los hongos son organismos heterótrofos, con paredes celulares formadas por un biopolímero llamado quitina, mientras que las paredes celulares de las plantas se componen de celulosa.
El reino de los hongos abarca a los mohos, las levaduras, las setas, las trufas, los dermatofitos y los líquenes, cada uno de ellos con sus propias características.
Su cuerpo se caracteriza por tener micelios en forma de tubo.
Se reproducen a través de esporas, por lo que se esparcen fácilmente por el aire.
Y, aunque estos organismos parezcan seres insignificantes, lo cierto es que son de vital importancia en los ciclos geológicos, pues son los encargados de descomponer la materia orgánica. Sí, los hongos son capaces de reciclar la biomasa del planeta y son mucho más importantes para el medioambiente de lo que piensas.
Los hongos son grandes aliados para las plantas, pues establecen una simbiosis a través de las micorrizas. Esta asociación le permite a las plantas sobrevivir a condiciones climáticas desfavorables y a los hongos nutrirse de los azúcares, aminoácidos y ácidos grasos que segregan las raíces.
A su vez, los hongos mejoran la absorción del agua, aumentan la resistencia a las condiciones de estrés hidráulico y convierten los minerales del suelo y la materia en descomposición en formas que resulten más asimilables para las plantas.
Los hongos son organismos que contribuyen con la sostenibilidad del planeta, pues además de ayudar a reparar ciertos daños medioambientales, sus micelios tienen la capacidad de descomponer las moléculas orgánicas de algunos agentes contaminantes, como el petróleo, el plástico y los pesticidas.
Desempeñan un proceso conocido como micorremediación, que les permite absorber aceites, toxinas, metales pesados o tintes y compostar algunos plásticos sintéticos, como el poliuretano.
Este particular reino también desempeña un rol hacia el camino de una moda más sostenible, pues a partir de ellos se pueden fabricar textiles veganos de gran resistencia y durabilidad que resultan mucho menos contaminantes.
El micelio de los hongos es el responsable de que este material sea posible con un aspecto y tacto muy similar al del cuero animal. Este descubrimiento, que ya lleva unos años desarrollándose, representa el concepto de economía circular, pues es capaz de transformarse en un material parecido a la piel a partir de desechos orgánicos como los desperdicios de alimentos.
Los hongos también podrían ser un sustituto en el futuro -cada vez más próximo- a los materiales de construcción. Aunque todavía se están investigando y desarrollando como materia prima para fabricar edificios, la micotectura nace con la idea de utilizar los micelios como una alternativa para los materiales de construcción por su gran resistencia y durabilidad.
Aunque tengamos una primera imagen un tanto desagradable al escuchar la palabra “hongo”, ya vimos que desempeñan maravillosas funciones a favor del ser humano. Y es que además de brindarnos opciones más sostenibles para cuidar del medioambiente, tienen funciones realmente favorecedoras para la salud y el bienestar.
Hemos hablado mucho sobre los adaptógenos y sus beneficios y, aunque no todos los adaptógenos son hongos, es cierto que muchos de ellos tienen propiedades que ayudan a equilibrar y estabilizar los procesos fisiológicos del organismo humano y, por ende, a mejorar la salud y el bienestar.
A pesar de que en los últimos años se han vuelto tendencia en el mundo wellness, el origen de los adaptógenos se remonta a hace miles de años en la medicina tradicional china y ayurveda.
Sin embargo, no fue hasta la Guerra Fría, cuando el científico Nicolai Lazarev investigaba una forma de ayudar a la población a ser más saludable y eficiente. Lazarev notó que algunas hierbas y hongos tenían “el poder” de restaurar la vitalidad, mejorar la inmunidad y aumentar la productividad de las personas, incluso en entornos estresantes.
Adaptógenos hay muchos y no todos pertenecen al Reino Fungi, pero a continuación te contamos cuáles son los hongos adaptógenos más conocidos y sus beneficios:
Reishi
Conocido como “el hongo de la inmortalidad” por la gran cantidad de nutrientes y propiedades que tiene. Se considera que pueden alargar la vida de quienes lo consuman gracias a sus propiedades:
Chaga
El chaga o “perla negra” se utilizaba en la medicina siberiana para tratar problemas intestinales, del hígado y del corazón por su variedad de polisacáridos que fortalecen el sistema inmune. Entre sus propiedades se encuentran:
Melena de León
Conocido por su impresionante forma similar a una cascada o a una melena de león. Entre sus propiedades destacan:
Cordyceps
Es uno de los secretos mejor guardados del Tíbet y es conocido como “el hongo de la energía” por sus numerosas propiedades:
Maitake:
Es un hongo que crece en las montañas del noroeste de Japón, en Norteamérica y en Europa.
Shiitake
Muy utilizada en preparaciones culinarias, el Shiitake tiene numerosas propiedades gracias a un componente llamado lentinano.
Cola de Pavo
Caracterizada por sus llamativos colores, la seta Cola de Pavo tiene las siguientes propiedades:
Las setas son ricas en ácidos grasos poliinsaturados Omega-3 y Omega-6, que ayudan a aumentar la concentración del colesterol HDL -popularmente conocido como el colesterol “bueno”- y disminuyen la del LDL - o el “malo”-.
Además, tienen un alto contenido en fibra y en chitosan -un polímero de la D glucosamina- que ayudan a reducir la absorción de colesterol a nivel intestinal y, por ende, en la sangre.
Los adaptógenos ayudan a mejorar nuestra salud física, pero hay otro tipo de hongos, en concreto, los alucinógenos, que son capaces de mejorar la salud mental y favorecer el tratamiento de ciertas enfermedades.
Desde principios de los 2000, los científicos han apostado por investigar el uso de sustancias recreativas para buscar una solución a algunos problemas psiquiátricos. En concreto, la Universidad John Hopkins, ha desarrollado estudios sobre la psilocibina para tratar casos de depresión crónica.
La microdosis no es más que consumir pequeñas dosis de psilocibina, el compuesto de los hongos que altera la percepción y causa los conocidos “viajes”. Cuando se consumen de manera regular se crean en el cerebro nuevas conexiones neuronales que mejoran la comunicación celular y la neuroplasticidad.
Y, aunque pueda resultar especialmente beneficiosa para aquellos que padezcan depresiones resistentes a los tratamientos, también pueden ser consumidas por cualquier persona que desee mejorar su salud mental, eso sí, siempre bajo la supervisión de un experto en microdosis que te oriente y establezca la dosis adecuada para ti.
Al contrario que las microdosis, las terapias asistidas buscan “atacar” la depresión de una forma más disruptiva, consumiendo dosis mayores una o dos veces por semana en un plan terapéutico.
La forma correcta para referirse a las sustancias utilizadas en esta práctica es enteógenos, pues es la que designa a las drogas que causan visiones y que han sido utilizadas a lo largo de los siglos en ritos religiosos o chamánicos.
Al igual que con las microdosis, los enteógenos actúan sobre los neurotransmisores para cambiar el comportamiento del cerebro y del estado de ánimo. Además, las dosis que se utilizan suelen dejar un estado de mayor vulnerabilidad, lo que hace que el paciente sea más receptivo a los consejos de su terapeuta o a las lecciones de su viaje.
Las terapias asistidas no incluyen únicamente el consumo de los enteógenos, sino que abarcan una preparación que se suele dividir en tres fases:
Fase 1: Preparación
Los problemas de salud mental pueden empeorar la ansiedad previa a tener un viaje, por lo que es necesaria una preparación para facilitar el acercamiento a la experiencia con una menor resistencia que permita obtener un mayor beneficio.
Por lo general en esta fase se suele plantear una intención clara y centrada que le permita a la persona “permanecer en tierra” si se producen periodos turbulentos durante los viajes.
Fase 2: La sesión psicodélica
Es la administración del enteógeno en sí, se suelen repasar las intenciones y se coloca a la persona en una sala cómoda y segura que le permita abrirse plenamente a los efectos de la sustancia.
Durante esta etapa, que suele durar alrededor de 6 horas, los pacientes tienen a un terapeuta que funciona como “guía de viaje”.
Fase 3: Integración
Tras el viaje los pacientes pueden sentirse abrumados, por lo que es necesaria una fase de integración que permita procesar los acontecimientos ocurridos durante los viajes, aprender de ellos y conocer cómo pueden incorporar esas lecciones en su día a día.
No existe un método estandarizado para su administración, es un experto en este tipo de terapias el que evalúa individualmente al paciente para determinar las dosis y métodos de las sesiones.
Usados desde hace miles de años por las tribus más antiguas, tuvieron su auge durante las décadas de los 60 y 70 como sustancias recreativas. Y, aunque fueron ilegalizadas desde hace años, hoy vuelven a aparecer en el terreno, pero esta vez con fines terapéuticos.
Cada vez son más las evidencias científicas que sostienen que la psilocibina presente en los hongos alucinógenos es capaz de mejorar la depresión severa, la ansiedad, los trastornos obsesivos compulsivos (TOC), los dolores de cabeza, e incluso, la anorexia nerviosa.
Aún así la psilocibina sigue siendo ilegal en la mayoría de los países, mientras que en otros la posesión de hongos alucinógenos es “parcialmente legal” siempre y cuando sea para uso personal y en un ambiente privado y quedando terminantemente prohibida su venta.